jueves, 25 de junio de 2009

EL MALTRATO A LA MUJER



EL MALTRATO A LA MUJER



¿A qué llamamos maltrato de la mujer?
El maltrato de la mujer se define como cualquier tipo de comportamiento violento ejercido sobre una mujer por parte de un hombre que mantiene (o ha mantenido) una relación íntima con ella. En el comportamiento mencionado se incluye el maltrato físico, sexual y emocional, así como el control económico y/o el aislamiento de la víctima .

¿Cuáles son las características del maltrato de la mujer?

El maltrato de la mujer debe entenderse como una enfermedad crónica. Si bien hay casos aislados de mujeres que en cuanto son víctimas de maltrato por parte de su pareja logran detenerlo, en la mayoría de los casos la violencia se mantiene en el tiempo y forma parte de la vida diaria en la pareja.

¿A qué llamamos Ciclo de la violencia?

Uno de los aspectos más importantes que debemos conocer es que la violencia desaparece y reaparece en diferentes momentos. Primero se “acumula mucho malestar” y se producen roces permanentes entre los miembros de la pareja; después ocurre el “acto más violento”, en el que explota todo ese malestar y se produce la mayor agresión, que puede ser física o verbal. Finalmente, se genera una situación llamada “luna de miel”, en la que el agresor se arrepiente, pide disculpas y le promete que nunca más volverá a violentarla. Pasado cierto tiempo, este ciclo vuelve a repetirse.
1. La acumulación del malestar también se llama “fase de acumulación de tensión”. Se caracteriza por su cronicidad y está dominada por lo que se conoce como “maltrato psicológico”. En esta forma de maltrato el hombre ridiculiza a la mujer, ignora su presencia, no presta atención a lo que ella dice, se ríe de sus opiniones, la corrige en público, la ofende criticándole el cuerpo, le pone sobrenombres , etc. Estas conductas producen un efecto en la víctima, provocando un progresivo debilitamiento de sus defensas psicológicas. De hecho, hay veces que no se llega a tener un episodio agudo de violencia pero se vive en un constante clima de maltrato.
2. La explosión del malestar origina el “episodio agudo de violencia”. Suele ser físico, pero también puede ser sólo verbal.
El tipo de violencia física es muy variable y puede ir desde un pellizcón hasta el homicidio. Es común que en pleno episodio de violencia el hombre obligue a la mujer a mantener relaciones sexuales. Por lo general, antes de estos episodios el agresor aumenta la intensidad de la agresión, acusaciones, denigración, insultos y amenazas, y va ruando un clima de miedo constante en la víctima. Los tiempos entre cada episodio agudo son variables e impredecibles. A veces los episodios de violencia física sobrevienen a diario, otras veces nunca llegan a la violencia física, incluso pueden pasar años entre un episodio de violencia física y otro.
Lo importante es que si ha habido episodios de violencia física lo más probable es que vuelva a haberlos.
Debemos tener en cuenta que el hecho de que los episodios agudos de violencia sean poco frecuentes no implica, necesariamente, que el grado de maltrato sea menor, ya que lo más probable es que exista mayor tiempo de acumulación de tensión en la que predomina el maltrato psicológico.
3. El momento del arrepentimiento o “luna de miel” es clásico. El agresor pide perdón, se comporta en forma cariñosa y hace todo lo posible para convencer a la víctima de que no volverá a tener este tipo de conductas. Entonces en este momento, la mujer recuerda los aspectos que la enamoran de él cuando no es violento, y se reconcilian. Luego, en un clima más amigable, puede incluso ocurrir que ambos encuentren excusas para justificar la violencia y que ella se culpe de haberle fallado.


¿Qué es el Síndrome de la mujer maltratada?
Es cuando frente a los reiterados episodios de violencia y pensando de que la situación no se va a modificar, la mujer se calla, por temor a que se produzca una agresión aún mayor, hacia ella o hacia sus seres queridos. Los términos “violencia doméstica o violencia familiar” incluyen todos los actos de violencia y/o maltrato físico y emocional que se producen habitualmente dentro del hogar y en los cuales el agresor es un individuo conocido por la familia. La violencia doméstica puede presentarse en cualquier cultura, en grupos de bajos y altos ingresos, y en cualquier edad o religión. Las víctimas Comparten sentimientos de impotencia, aislamiento, culpa, temor y vergüenza. Lo importante es que si ha debido episodios de violencia física lo más probable es que vuelva a haberlos.

¿Cómo nos damos cuenta que una mujer presenta el síndrome de la mujer maltratada?

El síndrome de la mujer maltratada puede manifestarse con síntomas corporales o trastornos psicológicos. Los más frecuentes son:
a) Angustia, malhumor, depresión, sensación de impotencia, intentos de suicidio e insomnio;
b) Abuso de drogas y trastornos de la alimentación;
c) Molestias en el cuerpo como: dolor abdominal crónico, dolor de cabeza, cansancio, etc. que no mejoran con el tratamiento;
d) Problemas ginecológicos.
Es común que las mujeres maltratadas pidan turno con el médico y falten y, si tienen lesiones físicas provocadas por la violencia, suelen demorar en buscar ayuda, o bien dar explicaciones vagas acerca de cómo se ocasionaron. Las embarazadas suelen acudir tardíamente al control prenatal. Las consultas en la guardia son frecuentes.
Habitualmente, el agresor evita que la víctima sea atendida por un mismo médico y la acompaña a la guardia para asegurarse de que no cuente nada. Estas pacientes están como “anestesiadas” (como si una parte de la persona no sintiera lo que le está ocurriendo). Por ejemplo: una mujer consulta en repetidas oportunidades por cansancio general, dolores en todo el cuerpo, etc. y, a partir del interrogatorio del médico, relata, sin signos de tristeza o sufrimiento, cómo su marido a veces la pellizca o la empuja. Ella dice que así es él, que siempre la ha tratado de ese modo, pero que a ella no le molesta, “igual, después se le pasa”.
En muchos casos, el maltrato en la mujer sólo es detectado por el sistema de salud cuando la víctima se presenta a la guardia (o, menos frecuentemente, al consultorio) con heridas graves etc..

¿Cuáles son las características de los agresores?

Son individuos con ideas cerradas, no suelen escuchar al resto de las personas. Perciben a su mujer como una persona provocadora, y tienen una especie de lente de aumento para observar cada pequeño detalle de la conducta de ella. Por el contrario, les resulta extremadamente difícil observarse a sí mismos y suelen confundir el miedo con la rabia, y la inseguridad con la bronca.
» Se justifican diciendo que las consecuencias de su violencia no son tan grandes, como sí lo son las causas que la provocaron.
» No registran que se están abusando de la víctima, o no lo toman en serio. Niegan el abuso, responsabilizan a otros. Se comportan de manera muy distinta en público que en privado (su comportamiento social suele ser amable y seductor); cuando se los interroga niegan o minimizan sus actos de violencia o sostienen que es la mujer quien los provoca.
» Por lo general, los abusadores tienen dificultad para expresar sus sentimientos, no dan apoyo, atención o apreciaciones a los demás; no respetan los derechos ni opiniones.
» Faltan el respeto: interrumpen cuando se los interroga, cambian de tema, no escuchan o no responden, cambian las palabras, humillan a la víctima frente a otros.
» Utilizan tácticas de presión sobre la mujer como el generar culpa, intimidar, amenazar, retener el dinero, manipular los hijos.
» Existe “abuso de la autoridad”, toman solos las grandes decisiones, dicen lo que hay que hacer.
» Suelen tener antecedentes de haber presenciado episodios de maltrato o violencia en su hogar en la infancia.

¿Cuáles son los sentimientos más comunes que se generan en la víctima?

Las víctimas del maltrato crónico suelen compartir un discurso similar en el que predomina la sensación de “drama” y de “culpa por dicho drama”. Les parece que el maltrato es algo natural, que así debe ser la vida y que no hay otra forma.
» muchas víctimas tratan de encontrar un motivo por el cual son violentadas y utilizan frases como: «algo debo haber hecho para que esto ocurra», «me lo merezco», «es mi destino», «yo lo elegí», etc.
» no se sienten merecedoras de afecto.
» viven en un permanente estado de sometimiento y son incapaces de reaccionar o de tener una respuesta favorable ante el ataque.
» Tienen mucha vergüenza y miedo.
» suelen minimizar la violencia con frases como «no es tan grave», «no es tan seguido», «solo me dio un cachetazo».
» La mayoría de estas mujeres creen, sin embargo, que su pareja “algún día va a cambiar”.

¿Como serían los aspectos legales del maltrato de la mujer?

El maltrato de la mujer debe entenderse, desde el punto de vista legal, como un delito.
Si bien como hemos visto, dentro del maltrato se incluye tanto la agresión física como la emocional, podríamos decir que, en la práctica, desde el punto de vista legal debemos resignarnos, por el momento, sólo a dar cuenta del aspecto físico; es decir, al uso de la violencia física del hombre sobre la mujer.
Consideraciones a tener en cuenta:
a) Existe una ley de violencia familiar que ampara a la mujer que es víctima del maltrato. (Ley Nacional Nº 24417 de protección contra la violencia familiar)
b) Existen organismos gubernamentales y no gubernamentales que asesoran a las víctimas.
c) La denuncia por maltrato físico es personal; es decir, sólo la puede realizar la víctima.
d) Cuando los damnificados fuesen menores, incapaces, discapacitados o ancianas, los hechos deberán ser denunciados por sus representantes legales y/o el ministerio público.




El maltrato de la mujer debe entenderse como un delito. En
el caso del maltrato físico, la ley es contundente: el agresor
es un delincuente y, por lo tanto, debe ser juzgado
bajo el derecho penal.


¿Cómo podemos ayudar a que la mujer se de cuenta que es víctima de violencia familiar?

Podemos hacer las siguientes preguntas y recomendaciones cuando sospechamos de violencia.
¿La persona que usted ama...
» la persigue a usted todo el tiempo?
» la acusa constantemente de serle infiel?
» se opone a sus relaciones con sus familia y sus amistades?
» le prohíbe trabajar o asistir a la escuela?
» la critica por pequeñas cosas?
» se enoja fácilmente después de beber o consumir drogas?
» controla todo el dinero y la obliga a darle un detalle minucioso de lo que gasta?
» la humilla delante de otras personas?
» la obliga a tener relaciones sexuales contra su propia voluntad?
» destruye sus cosas u objetos de valor sentimental?
» le pega, golpea, abofetea, patea o muerde a usted o a los niños?
» utiliza o amenaza con usar un arma contra usted?
» amenaza con hacerle daño a usted o a los niños?
Si la respuesta a las preguntas anteriores es “si”, deberá pedir “ayuda”.
Por lo tanto se podrán dar las siguientes recomendaciones a la víctima:
• No ignore el problema, hable con alguien. Parte del poder de quien maltrata es porque nadie lo sabe. A menudo las víctimas sienten vergüenza y no desean que nadie se entere de sus problemas íntimos familiares. Podría entonces hablar con un vecino o un amigo, o llamar a la línea de auxilio Línea Te ayudo 24hs. 4393- 6464/6446/6447 o gratis 0-800-666-8537, para hablar con un consejero.
• Si una discusión parece inevitable, trate de que transcurra en un ambiente o área que tenga acceso a una salida, y no en el baño, cocina o en cualquier lugar que este cerca de armas.
• Practique cómo salir de su casa en forma segura. Identifique que puertas, ventanas, ascensores o escaleras serían mejores.
• Planifique por adelantado y sepa lo que va a hacer si es atacada nuevamente. Si decide irse planifique el lugar a donde irá (aún cuando crea que no va a ser necesario).
• Utilice sus instintos y su juicio. Si la situación es muy peligrosa, considere darle al abusador/a lo que pide para calmarlo/a.
• Recuerde siempre: Usted no merece ser golpeada/o o amenazada/o.
• Aprenda a pensar independientemente. Trate de hacer planes para el futuro.
• Si es una adolescente en un noviazgo violento: que decida a qué amigo, maestro, pariente le puede contar.
• Si la lastiman ¿qué puede hacer?. No existe una solución fácil, pero hay cosas que usted puede hacer para protegerse: llame a la policía; váyase de la casa o procure que alguien venga y se quede con usted. Si cree que usted y sus hijos corren peligro, váyase inmediatamente. Consulte con su médico o vaya a la sala de emergencia de un hospital. Comuníquese lo antes posible con un centro especializado en violencia familiar.


Desafíos que afrontar

LO FEO:
Cada vez parece que comenzáramos de nuevo a conocer y confrontar el problema. La misión fatal pareciera centrarse en repetir y repetir las causas, los efectos, los datos y por eso cada vez se hace más investigación para dar nuevas alternativas a riesgo de que se nos tilde de utilización de slogans en uno de los tantos intentos por descalificar la lucha.
Uno de los problemas más graves lo encontramos en torno a la politización del apoyo a la mujer maltratada en los Puntos de Encuentro, organismos creados por el Instituto Nacional de la Mujer para la participación de las mujeres, a los cuales se les ha otorgado funciones de receptoras de denuncias y que actúan como filtros para la obtención de justicia.
Por último y muy importante, se observa una mezcla de desinformación latitudinal, un no querer “oír” los datos emergentes del fenómeno social mostrando “orejeras” culturales, actitudes autoritarias, despreocupación por la creciente gravedad del asunto
LO MALO:
Hace más de dos años el Fiscal General de la República, Dr. Isaías Rodríguez, envió una comunicación a sus subordinados ordenando la desaplicación de las Medidas Cautelares contenidas en la Ley sobre la Violencia contra la Mujer y la Familia. Es decir, que desde ese entonces las mujeres maltratadas no cuentan con la posibilidad de que al maltratado lo detengan por unas horas, o que le prohíban el acercamiento al hogar o a la propia mujer a quien ha amenazado de muerte (y a veces a los hijos) o a quien golpeó la noche anterior, forzó para tener relaciones sexuales y durmió con un cuchillo debajo de la almohada para amedrentarla. Un retraso significativo que no tiene salida hasta el momento. A esto podemos sumar la falta de sensibilización y preparación de los/as funcionarios/as públicos/as y policiales en la detección y atención de estos casos.
LO BUENO
Las Organizaciones No Gubernamentales especializadas, las que hablaron y trataron primero la violencia contra las mujeres, siguen allí a pesar del retiro de sus subvenciones gubernamentales, a pesar de su exclusión del entorno público en el cual actuaron siempre como asesoras..
La visibilizarían del problema continúa su camino ascendente y variado. Se incluye en diferentes niveles de la educación formal (Talleres de Salud Sexual y Reproductiva de la UCV), en instituciones diversas (Federación de Colegios de Enfermeras y Enfermeros de Venezuela) y experiencias con víctimas de desastres naturales (Damnificados/as en refugios de la Alcaldía Mayor), se elaboran informes diagnósticos y se profundiza en las investigaciones para sugerir alternativas de atención, por solo citar algunos.
Los Consejos de Protección de la Lopna (Ley Orgánica de Protección al niño, niña y adolescente) consideran que hay maltrato a sus protegidos/as si lo hay hacia la madre y acogen las denuncias.
La violencia contra las mujeres no es un asunto legal o educativo solamente así en general, cultural; es un asunto que nos atañe a todos y todas para mejorar la calidad de vida de nuestras familias.
La Defensoría Nacional de La Mujeres la instancia jurídica de La mujer que apoya y asiste a la mujer en la defensa de sus derechos, ejecuta el programa sobre Derechos de la Mujer y Acceso a la Justicia con la finalidad de velar por el cumplimiento de las leyes, declaraciones, convenciones, regla mentas y disposiciones que guarden relación con los derechos de la mujer.
En el marco de este programa se brinda atención a las mujeres a las que les fueron vulnerados sus derechos humanos y asesoría legal. Acciones que constituyen el objetivo fundamental de la Defensoría señalada. Fue creada por Decreto Presidencial No.428, de fecha 26 de octubre de 1999, publicada en Gaceta Oficial No. 5.398.
Desde el 2000 hasta el 2003 la Defensoría ha atendido a 11.456 mujeres con casos relativos a violencia contra la mujer y orientación legal. 12 Recientemente, en la Gaceta Oficial No.332935, de fecha 30 de Abril de 2004, según la resolución No. DP-2004049, se crea la Defensoría especial de la Mujer, adscrita a la Defensoría del Pueblo, con competencia a Nivel Nacional sobre los derechos de las mujeres.
Para la protección de los derechos humanos de las mujeres, el estado Venezolano a través de La mujer formuló y ejecuta el Plan Nacional de Prevención y Atención de la Violencia hacia la Mujer que tiene como objetivo general crear un sistema de intervención interinstitucional e intersectorial, que permita al Estado venezolano, atender, sancionar e investigar la violencia hacia la mujer.
Este plan tiene entre otros programas la línea telefónica gratuita y de cobertura nacional 0-800- Mujeres (0-800-6853737) que brinda atención psicológica primaria a víctimas de violencia e información sobre donde acudir. El servicio es atendido por psicólogas y abogadas, entre otras profesionales, especialistas en brindar atención a mujeres maltratadas.
En el referido Plan de Violencia, se contempla, dentro de sus actividades, acciones de abrigo y protección a la mujer y su familia víctimas de violencia a través de la creación de Casas de Abrigo para Mujeres en Peligro Inminente sobre su Integridad Física por Violencia Familiar.
Las casas de abrigo, trabajan con el apoyo de servicios de salud y judiciales de la comunidad, fortaleciendo de esta manera una red de atención en las localidades de ubicación; de igual forma, las casas de abrigo se constituyen como infraestructura de servicio comunitario para un grupo poblacional con un perfil determinado por la violencia familiar.


COMUNIDADES INDIGENAS EN VENEZUELA

En Venezuela actualmente hay muchas etnias y grupos indígenas, los cuales con el paso del tiempo, han cambiado notablemente en su distribución en el territorio nacional; en algunos estados es visiblemente predominante la existencia de estos grupos, los cuales muchos de ellos, a pesar de tener mayor contacto con la sociedad, mantienen sus costumbres y creencias. En Venezuela actualmente hay varios grupos indígenas: Arawak, Caribe, Warao, Yanoamama, Guajibo, Piaroa, Yaruro, Chibcha, Puinave y Jodi. Cada uno de ellos lo integran distintas etnias, segun lo siguiente:
Arawak: Wayuu, piapoco, paraujano, warekena, barí, baniva, kuripako (su presencia actualmente en porciones del Edo. Amazonas, Zulia y frontera de lso Edos. Trujillo y Mérida).
Caribe: Pemón, Kariña, Yekuana, Akavayo,Yaravana, Yukpa, Panare. (su presencia actualmente en los Edos. Zulia, Bolívar, Delta Amacuro, Amazonas y una pequeña procion del Edo. Sucre)
Warao: su presencia actualmente en los Edos. Sucre y Delta amacuro.
Yanoamama: Yanomami y Sanima (actualmente se encuentran en los Edos. Bolivar y Amazonas)
Guajibo: ubicados en los Edos. Guárico, Apure y amazonas.
Piaroa: en el Edo. amazonas
Yaruro: ubicados únicamente en el Edo. Apure.
Chibcha: Bari(actualmente se encuentran en el Edo. Zulia con la frontera de Colombia)
Puinave: una de las tribus que han desaparecida, (actualmente en una mínima porción del Edo. amazonas)
Jodi: únicamente se encuentran en el Edo. Amazonas.
Hay organismos internacionales que conjuntamente con el Gobierno Nacional, han promovido la defensa de los derechos de los niños y niñas indígenas, los cuales muchos, han salido de sus lugares de origen y han ido a las grandes ciudades, conviviendo según sus creencias, para algunos son simplemente indígenas abandonados, pero no hacen nada para ayudar a solventar las situaciones de riesgo en que siguen conviviendo.Estamos completamente claros que el Gobierno Nacional es el mayor proveedor de recursos que faciliten una buena educación, un sistema de salud social acorde a las necesidades de estos grupos, su inserción dentro del campo laboral en nuestra sociedad. Pero también es un deber ciudadano contribuir a difundir la existencia de estos grupos, de estos niños.Actualmente, UNICEF, tiene un convenio con el gobierno nacional en el que resalta los Programas Sub-Regionales: Pro andes y Amazonas
El objetivo general para ambos programas es contribuir a crear las condiciones que garanticen los derechos a la supervivencia, desarrollo y protección de los niños, niñas y adolescentes indígenas en el estado Zulia (PROANDES) y en el estado Amazonas (Programa Amazónico), en un marco de respeto a la diversidad étnica de enfoque intercultural, que les aseguren el mejor comienzo posible de su vida y la oportunidad de desarrollarse plenamente en su entorno familiar y comunitario.
Difundamos la voz, por la defensa de los derechos de los indígenas a nivel mundial.
Todos podemos poner nuestro granito de arena, dando un aporte o donación ya sea individual o corporativa a UNICEF Venezuela, entrando en su pagina web, en donde encontraran la información necesaria, con la que podemos seguir ayudando a esta famosa organización mundial en la lucha de los derechos de tantos niños indígenas, algunos en su mayoría en situación de pobreza extrema.
Actualmente también hay mucho que hacer, de nada vale crearnos guerras psicológicas y sociológicas, basadas en que determinado continente mato vilmente o si el otro es el liberador. Aquí el único propósito mancomunado debe ser en el presente, participando comunitariamente, en la construcción de un sistema de calidad de vida e inserción de estos grupos a la sociedad, activamente en el sector educación, salud, laboral. No solamente el gobierno nacional es el máximo proveedor de este trabajo, también la sociedad debe tomar conciencia y trabajar ya sea con las organizaciones u ONG´s destinadas para ello.
Una etnia es un grupo humano diferenciado que habita en espacio geográfico, posee características culturales propias y una historia común. Se consideran grupos étnicos, por ejemplo, a los pueblos indígenas, a las comunidades afro-venezolanas, a las comunidades de inmigrantes e inclusive a los llaneros venezolanos.
Recordemos entonces los derechos de los niños a nivel mundial:
Sin que signifique división alguna, los derechos de los niños se agrupan en cuatro categorías dependientes entre sí:
• Supervivencia: Aquí se encuentran los llamados derechos básicos: Derecho a la vida, Derecho a la Salud, Derecho a la Seguridad Social, Derecho a No Participar en Conflictos Armados.
• Desarrollo: Comprende, entre otros: Derecho a la Educación, Derecho a la Cultura y Recreación, Derecho al Nombre y la Nacionalidad, Derecho a la Libertad de Pensamiento, Conciencia y Religión.
• Participación: Se incluyen derechos de gran importancia para el ejercicio de la ciudadanía de los niños y las niñas: Derecho a la Libertad de Expresión e Información, Derecho a la Opinión, Derecho a la Asociación.
• Protección Especial: Implica estar protegido contra situaciones específicas, de cualquier índole, que sean adversas y vulneren los derechos de las niñas, niños y adolescentes. Entre ellos se encuentran: Derecho a la Protección contra toda Forma de Explotación, Perjuicio, Abuso Físico o Mental, Maltrato o Descuido, Derecho a recibir Asistencia Humanitaria en situación de Refugio, sea solos o con sus padres, Derecho a un Proceso Justo, Derecho a ser Protegido contra la Venta, el Secuestro o la Trata.

MAPA DE VENEZUELA - GRUPOS INDIGENAS.




Datos etnográficos de los Pueblos Indígenas de Venezuela

Los Añú

Son un grupo de filiación lingüística arawak. Actualmente se concentran en el
noroeste del Estado Zulia, tanto en rancherías palafíticas como en tierra firme: desde la Laguna de Sinamaica, ciénagas vecinas y el río Limón, hasta Carrasquero, Campo Mara y El Moján, e islas de la Bahía de Urubá; el Barrio Santa Rosa de Agua y barrios vecinos, en Maracaibo; desde Curarire hasta la desembocadura del río Palmar.

Son aún gente de agua y pescadores por excelencia. Según las informaciones históricas, su organización social se asemejaba a la de sus vecinos wayuu, también lingüísticamente próximos. Hoy con pocas excepciones, los añú han dejado de hablar su lengua y sólo hablan español. Sin embargo, junto a otros patrones culturales tradicionales, conservan dos importantes: la vivienda palafítica y la pesca como actividad económica principal.
La vida de la mayoría de los añú se sigue desarrollando sobre el agua. El pescado constituye la base de su subsistencia, también lo comercializan constituyéndose en importantes surtidores del mercado regional. Fabricar canoas tradicionales es una de sus especialidades, pero también poseen embarcaciones modernas. Además ellos venden un gran volumen de cocos de los cocales que cultivan en las fértiles tierras ribereñas de su región. El censo indígena de 1992 determinó que la población añú contaba con 17.440 habitantes, lo que los ubicó como la cuarta población indígena más importante del país.


Los Arawak

Poseen el mismo nombre de la familia lingüística a la que pertenecen, y también son conocidos como aruaco y lokono. Habitan en el estado Delta Amacuro, Bolívar y la Guayana Esequiba. Se estima que son unos 159 individuos. Algunas comunidades son trilingües, hablantes del inglés, español y locono. Según el censo, su situación lingüística es bastante favorable, porque prácticamente toda la población sería bilingüe, lo que permitiría suponer que el aprendizaje del español no ha desplazado el uso y conocimiento de la lengua materna. Sin embargo, de acuerdo a una investigación reciente hay en realidad mucho menos hablantes, quizás uno solo.

Los Baniva

La lengua baniva pertenece a la familia lingüística arawak, y está íntimamente relacionada con las de los bare, tsase (piapoko), warekena y wakuénai (kurripako), habladas por aproximadamente dos mil personas que se encuentran dispersas entre Venezuela, Colombia y Brasil.
Al igual que cualquier otro grupo étnico de la región del Río Negro, los baniva han sufrido a consecuencia de la explotación cauchera que tuvo lugar a principios de este siglo.
Hoy en día, han disminuido en número y su cultura ha sido transformada. Los baniva restantes viven en Maroa, la capital del departamento Casiquiare en el estado Amazonas de Venezuela, así como cerca del Caño Aquio y del Río Isana en Colombia. La violenta historia de esta región ha tenido como consecuencia la migración de los baniva hacia San Fernando de Atabapo, a San Carlos de Río Negro, a Santa Rosa, a Puerto Ayacucho y al Río Xié en Brasil.
El progresivo abandono de la forma de vida tradicional ha provocado que los baniva se hagan cada vez más dependientes de los productos industriales. Actualmente, compran de los criollos alimentos tradicionales como el mañoco y el casabe, generalmente a precios muy elevados.
Pero a pesar de que dichos alimentos conforman gran parte de su dieta alimenticia, los baniva aún realizan actividades de subsistencia. La caza y la recolección de alimentos, al igual que la pesca, son llevados a cabo de acuerdo a los ciclos de lluvia y sequía. La mayoría de los niños acuden a escuelas criollas, lo cual dificulta la coordinación de tales actividades con el año escolar.
Para la caza de monos y pájaros como el tucán, los baniva construyen cerbatanas, arcos y flechas con puntas de hueso. Dichos arcos y flechas también se emplean para la pesca, además de las nasas que se utilizan para atrapar a los peces.
Sin embargo, debido a la desaparición de sus costumbres, gran parte de su cultura material ha sido alterada. Aunque en el pasado fueron muy diestros en el arte de la cestería y la alfarería, muy poco de estos oficios, ha sido transmitido a las nuevas generaciones.
Las escasas familias que aún se dedican a la cestería fabrican esteras, guapas, sebucanes, mapires, catumares y sopladores; estos últimos son usados para avivar el fuego. Dichos objetos son hechos con fibras de tirite, mamure, moriche y cucurito.
Las fibras de chiquichique se usan para hacer pequeñas escobas que emplean para dispersar la harina de yuca cuando hacen el casabe. Por otro lado, aunque sí hilan algodón, los baniva no fabrican sus propios chinchorros; prefieren adquirirlos en Colombia.
Entre los instrumentos musicales que aún tocan, se encuentran los pitos yupurutú, fabricados con el tallo de palma mabe, así como los bastones que usan para seguir el ritmo del baile durante el festival Dabacurí. Estos son golpeados contra el suelo para producir un sonido parecido al del tambor.
No obstante los procesos de aculturación y asimilación, los baniva no han perdido del
todo su antigua mitología. Su Creador Nápiruli (Iñápirrikúli) es una deidad que también
es honrada por otros grupos arahuacos del sur venezolano y colombiano. El sistema de creencias de los baniva tiene mucho en común con los de otros grupos tales como Nlos tsase, los warekena, los wakuénai y los baré.
Al igual que los baré, los baniva atribuyen a causas mágico-religiosas los cambios climáticos de humedad y frío que ocurren en el suroeste del estado Amazonas. Los aparo, hombres de poca altura que cargan los truenos y los relámpagos sobre sus espaldas, son los responsables del clima.
Los aparo son Mawali, es decir espíritus malignos. Estos pequeños hombres navegan las oscuras y turbulentas aguas de los ríos Guainía y Negro en minúsculas curiaras Que no pueden ser vistas por los ojos humanos. De esta forma traen la lluvia, el viento y la neblina. Navegan los ríos durante la estación lluviosa y si acaso son vistos, voltean las curiaras de los humanos para hundir sus herramientas en el fondo del río. A pesar del miedo que los aparo provocan a los baniva, éstos siguen aventurándose hacia los ríos, tal como hicieron sus antepasados, en busca de alimentos.


Los Baré

Baré significa, según algunos estudiosos, "compañero", mientras otros piensan que la palabra podría derivar de “barí”, que significa "hombres blancos". Hablan una lengua que pertenece a la familia lingüística arahuaca, y que el cruento proceso de aculturación ha hecho desaparecer casi por completo.
El territorio tribal baré se extendía desde Manaos, a todo lo largo del Medio y Alto Río Negro y el Brazo Casiquiare, hasta algunas rancherías en el río Pacimoni. Situada en los límites del imperio español y portugués, la región fue escenario de continuas migraciones y disputas.

Por algo más de un siglo después de la independencia de Venezuela, la administración política en la región del Río Negro sólo existía formalmente, y el vacío de poder fue llenado por caudillos que se beneficiaron con la extracción del caucho.
En la actualidad, los baré están dispersos en la región del Casiquiare, en centros poblados criollos como Puerto Ayacucho, San Fernando de Atabapo, Solano, San Carlos de Río Negro, Santa Rosa de Amanadona y Santa Lucía.
Poco se conoce acerca de la vida económica, social y política de las etnias que en el pasado habitaron la región del Río Negro. Es posible que compartieran con otros grupos de la región los mismos medios de subsistencia, como la agricultura de conuco según el sistema de tala y quema, la recolección, la caza y la pesca.
La mayoría de los trabajos agrícolas, salvo la tala, eran tareas femeninas. Las mujeres se ocupaban de sembrar y cosechar yuca, hacer casabe y mañoco, atender los oficios domésticos, teñir y torcer fibras para tejer chinchorros, y hacer la alfarería.
La caza poco frecuente, dada la escasez de mamíferos de gran tamaño en la región, era propiciada mediante amuletos y fórmulas mágicas. Es probable que cazaran tantas, picures y lapas, además de algunas aves como pavas, paujíes y gallinetas.
Usaban cerbatanas, arcos, flechas y algunas armas introducidas por los europeos, como rifles y machetes.
Hombres y mujeres vestían guayucos confeccionados con marima. Desde hace tiempo, los hombres han adoptado el pantalón y las mujeres usan una falda larga.
Entre los objetos de la cultura material bare destacan los chinchorros tejidos con fibras de cumare, curagua y moriche. Estas fibras deshilachadas y secadas al sol, eran teñidas de rojo, morado y amarillo. Los bare fabricaban con chiquichique toda la bordelería necesaria para pescar.
Los Barí

Son los únicos representantes en Venezuela de la familia lingüística Chibcha. Se encuentran ubicados al suroeste de la cuenca del Lago de Maracaibo, en la sierra de Perijá, estado Zulia. Antiguamente se les conocía como “motilones bravos”. Su población se ha calculado en unos 1520 individuos.

los Jivi (Guajibo)

Están distribuidos en varios sectores de una extensa área geográfica, contenida en su mayor parte en los Llanos Occidentales del río Orinoco, entre los ríos Apure y Guaviare. Fuera de un pequeño núcleo cerca de San Juan de Manapiare y de movimientos migratorios estacionales hacia los estados Guárico y Barinas, en Venezuela sus comunidades se ubican al Sur, Sur-Este y Nor-Oeste del Estado Apure y en los límites occidentales de los Estados Amazonas y Bolívar, en las sabanas próximas al Orinoco, entre Caicara y San Fernando de Atabapo. Existe, además, una
importante población jivi en Puerto Ayacucho.
Su amplia distribución, las consiguientes interrelaciones con pueblos y culturas diferentes y sus respuestas variables al cambio, han originado cierto grado de diversificación cultural y lingüística entre grupos regionales, así como una variedad de denominaciones. En su conjunto, desarrollaron formas altamente eficaces de adaptación al ambiente llanero, de suelos mayoritariamente pobres, con inundaciones y sequías estacionales y con recursos dispersos. Mediante ciclos ajustados a la variación estacional de los recursos, su tradicional movilidad, la diversificación interna de patrones económicos y la combinación, variable según las circunstancias de la agricultura, la caza, la pesca, la recolección y el intercambio con otros pueblos y entre sectores, sobrevivieron por siglos, pese a la Conquista, en zonas inhóspitas para quienes no las conocen como ellos.
Su versatilidad, apego a la movilidad y la libertad y su capacidad de adoptar simultáneamente estrategias de supervivencia diferentes y variables circunstancialmente, sin perder su identidad, son características culturales de los jivi que confundieron a sus primeros etnógrafos y “civilizadores”, pero lograron su supervivencia étnica. Hoy, los jivi son tanto cazadores recolectores como agricultores estacionales, permanentes o comerciales (incluso ganaderos en pequeña escala), obreros migratorios, marginales urbanos temporales, profesionales y empleados.
Producen una parte significativa de la alimentación de Puerto Ayacucho y gran parte de la artesanía comercial para el turismo en Amazonas.
Si bien los jivi más dependientes de los mercados nacionales tienden a perder una parte de su cultura propia, otros sectores la conservan en su diversidad, y la vitalidad de este pueblo sólo se ve seriamente amenazada por la depauperación ocasionada por la pérdida de tierras y recursos naturales, especialmente en zonas ganaderas y, notoriamente, en el estado Apure.




MAGICO RELIGIOSO



BIBLIOGRAFIA:

http://www.%20maltrato/ A LA MUJER. COM

MALTRATO DE LA MUJER. MONOGRAFIA.COM

RED ADI AMERICA LATINA

http://www.mapa/ DE VENEZUELA.COM

ARTICULO O REVISTA VENEZUELA

MUJERES EN RED .VIOLENCIA

TODOSNOTICIASONLINE.COM

http://www.jilata-elias/

http://www.fondoindigena.com/



REALIZADO POR:

SHEILA HERNANDEZ

EDDIE FUENMAYOR






















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